ADOLESCENCIA: AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS

Todos sabemos que la adolescencia no es una etapa de la vida fácil.  Hoy se sabe que la adolescencia viene a durar desde los 11-13 el inicio, hasta los 21-23 años edad en la  que se alcanza la madurez en la mayoría de los casos. Podemos diferenciar una primera etapa que finaliza normalmente hacia los 16 años:  la pubertad en la que los cambios son  fundamentalmente físicos (estatura, figura, vello corporal,  se desarrollan completamente los genitales y se alcanza la madurez sexual. Pero… ¿qué ocurre con la madurez  psicológica? ¿sigue el mismo ritmo? Desgraciadamente no, y a veces los/as adolescentes se encuentran adaptándose a su nuevo cuerpo, con todavía una mente en pleno desarrollo, a veces demasiado infantil,  y es aquí donde a veces surgen los desajustes. Los adultos  esperamos que se comporten de una manera mucho más adulta y empezamos a exigirles un comportamiento diferente, más serio y responsable. En ocasiones empieza a fallar la comunicación, incluso algunas veces se aíslan más de la familia, y el comentario en no pocas ocasiones de los padres es: «no le conozco, parece otra persona», era un niño tan cariñoso y ahora no hay quien le aguante, le ha cambiado tanto el carácter, siempre está enfadado…», » no me hace ni caso, sólo le importa lo que le dicen sus amigos», y así podríamos seguir con innumerables quejas de padres de adolescentes. Pero ante estos desajustes emocionales y a veces conductuales podemos tomar otra alternativa a la queja y es el apoyo incondicional a nuestros hijos-as para ayudarles a superar con éxito esta etapa presidida por el cambio no poco difícil para ellos, y a veces para los padres también.

Como padres si queremos ser eficaces tenemos que demostrarles  nuestro amor y dedicarles nuestro tiempo. Aún nos siguen necesitando cerca, apoyándoles , estando disponibles y reconociendo su esfuerzo, les  motivaremos  ante los desafíos a los que se enfrentan. Aunque también sigue siendo una etapa de normas y límites (claras y precisas) que debemos actualizar  adaptándolas a su edad,  y por supuesto supervisando su cumplimiento, aunque algunas veces podemos flexibilizar y  dejarles que sean ellos los que elijan siempre con nuestra aprobación. Dar  ejemplo y ser coherentes con lo que les pedimos es la mejor forma de que ellos cumplan con lo pactado. A veces les exigimos una responsabilidad que por su etapa de desarrollo no les toca y no entienden, ellos perciben el tiempo de forma diferente a  los adultos, y tienen que cometer errores, tomar sus propias decisiones y solucionar sus problemas para  aprender de su propia experiencia.  Es la mejor forma de crecer, ya que les ayudará a formar  su identidad,  fortaleciendo  la autoconfianza para ir adquiriendo una sana autoestima, que durante esta etapa suele ser muy frágil en la mayoría de los casos debida a todos los cambios físicos y psicológicos que están ocurriendo en el adolescente. Nosotros les ayudaremos a sentirse seguros, los elogios les van a dar confianza siempre que sean sinceros y expresados con afecto, y ajustaremos las expectativas siendo realistas con lo que pueden conseguir, necesitan tiempo para madurar y encontrar su lugar en el mundo.

La importancia de tener una buena  comunicación con ellos-as en esta etapa es fundamental para mantener buenas relacione, algunas lo habrán conseguido durante la infancia y otros tendrán que esforzarse ahora más que nunca por mejorarla. Y lo más importante será aprender a escucharles porque no en pocas ocasiones tenemos tanto que decirles que se nos olvida escucharles, sin interrupciones ni consejos ni sermones, seguro que aprenderemos de ellos y les conoceremos un poco mejor, claro que hay que buscar ocasiones en las que se encuentren receptivos, aprovechemoslas! respete su derecho a opinar , aceptando las diferencias que existen y tenga en cuenta su opinión, no se puede estar de acuerdo en todo, pero seguro que habrá cosas que se puedan negociar. Interes por sus preocupaciones y aficiones, no las desprecie aunque no sean de su agrado. No le falte el respeto, recuerde que usted es el adulto y no entre en provocaciones que lo único que harán será alejarle de su hijo o hija.
La adolescencia es una etapa en la que la autonomía, la independencia y la libertad empiezan a tomar un peso importante en nuestros hijos, vayamos soltando en su justa medida, manteniendo unos lazos familiares fuertes y sanos para que se desarrollen mejor y alcancen la madurez con alegría y de manera responsable.

En Psicoemo realizamos orientación familiar e intervención con adolescentes, para ayudarles en esta etapa tan delicada y de vital trascendencia para su futuro.

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